Bienestar emocional en las aulas- Noticia
Bienestar emocional en las aulas
Es de suma importancia, ayudarles a los alumnos a disminuir la intensidad, duración y frecuencia de las emociones.
A lo largo de la historia se han vivido guerras, tornados, hambre, carestía, protestas que han dejado como consecuencia lastres en algunas regiones del mundo. Pero nunca nadie se imaginó que la pandemia no solo dejaría en cada rincón del mundo, dolor, secuelas, familias fraccionadas, pobreza, miedo y un duro aguijón por sacar.
La pandemia impactó la vida de todos, pero la experiencia fue distinta según la etapa de la vida en la que encontraba a cada persona. ¿Cómo la vivieron los adolescentes con sus particularidades? ¿Qué secuelas les ha dejado, hasta donde les ha sido necesario trabajar en sus estados emocionales, porque es importante atender el bienestar emocional en las aulas?
Para muchos padres de familia y docentes ha sido normal que durante el regreso a clases, los alumnos experimenten ansiedad, miedo, incertidumbre, estrés, desesperación, frustración, enojo, tristeza o angustia debido al confinamiento, es de suma importancia ayudarles a disminuir la intensidad, duración y frecuencia de todas estas emociones que los envuelven.
Una nueva labor se suma a los docentes y radica en incrementar las emociones que promuevan el aprendizaje y la convivencia como la curiosidad, interés, amabilidad, empatía, confianza, entusiasmo, gratitud, optimismo, entre otras.
Por lo anterior, es importante atender los estados de ánimo a través del diálogo, empatizando con ellos a fin de construir hábitos de conducta saludables, implementar estrategias de autorregulación antes de iniciar las clases lo cual les dará confianza. La necesidad de estar con sus pares y socializar fue uno de las consecuencias más fuertes por las que han pasado, porque este tipo de convivencia humaniza a los chicos, el estar cara a cara con sus compañeros provoca bienestar emocional. El otro pasa a ser parte del desarrollo, entender el cerebro del joven es complicado, si a un chico se le pregunta que es lo peor que les puede pasar, seguramente la respuesta será, “que me separen de mis amigos”.
¿Qué hacer entonces?
Debemos de transmitir seguridad para contrarrestar los miedos, reforzar de manera consiente el vínculo afectivo, que los alumnos sepan que hay una figura que los apoya, los contiene y está para ellos, a pesar de que físicamente no puedan acercarse, las palabras y las acciones los mantendrán unidos y cercanos”.
Practicar la tranquilidad sin negar la realidad; si el docente se ve seguro, los alumnos también lo estarán, por lo que es muy importante que el adulto esté autorregulado”. Te escucho, te comprendo, no estás solo, puede ser un buen inicio.
Finalmente, no debemos de olvidar que el bienestar emocional de cada uno de los alumnos, equivale a calidad de vida.
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